ADJUNTO UN MAIL DE UN ESPECTADOR QUE ME MANDO Y DECIDI PUBLICARLO
UN BESO DESDE EL SUR....
JOSE
En realidad yo quería escribir esta devolución de Lucha de clases en una carta y mandártela, pero me pareció falso de mi parte. No voy a luchar contra el sistema por no mandar un mail y hacerlo vía carta. Y además, estoy dentro del sistema y la lucha va por otro lado, así que mejor continúo como vengo.
Para quien dice que las segundas entregas son siempre peores que las primeras, acá hay una excepción más a la regla. Lucha de clases estuvo muy buena y, en mi percepción, superior a Los Noventa!!!!!!!!
Desde entrar y ver a José hablando de su invitación a de Mirtha mientras doblaba diálogos de Dinastía (cómo habrá estado el miércoles post-Mirtha), hasta Bordoni cantando La Marcha de la Bronca, pasando por la marcha de Figueredo.
Pero quiero recaer antes en algo importante. Esta obra me hizo llorar de risa y de tristeza a la vez, algo que agradezco infinitamente. Me reí muchísimo, pero llegó la gran Bustamante y nos dejó a todos por el suelo... Aplausos.
Hablaron de Marx en la obra, y de eso quiero agregar algo. Según Marx, la Historia progresa por medio de sus contradicciones dialécticas. Cada nueva forma contiene a la anterior y la supera negándola y así, en un final feliz, se podría vivir sin clases, sin contradicciones, en una sociedad socialista. Ahora bien, me gustaría llevar este Marx (al que ustedes nombraron en la obra) a un subtexto posible de la obra. Muscari genera una nueva forma de teatro que contiene a la anterior (para generar algo en el escenario primero se toman ciertos preceptos establecidos) pero me parece que logra contradecirla y negarla para poder ir más allá. Según Marx, la Historia progresa, pero eso se puede aplicar al teatro también. ¡Basta de mirar siempre hacia atrás!
Vuelvo a la obra. Me pareció precioso lo de Roberto Yáñez con sus títeres, la decisión de tomarle fotos al público (aunque yo no esté en ninguna de las que publicaron y pongan la de Asensio, claro, porque Asensio es favorita, obviamente). También la decisión de que tu remera diga Jefe, y bueno, mil cosas más que aquí ya no me entrarían, porque esto viene largo y está empezando a aburrir.
Como última reflexión al respecto de su duración, me quedé con hambre de más (algo que el pan no pudo saciar).
Saludos, besos, abrazos,
Nacho.
viernes, 17 de octubre de 2008
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