Entré a la sala con un severo dolor en el cuello producto de una contractura.
Me había olvidado de tomarme un Tafirol o un Dioxaflex como para pasar el rato.
Pero de pronto algo mágico sucedió al sentarme allí (y no porque a mi lado estuviera la bella Vessna*).
El dolor desapareció.
Fue tanta la ENERGÍA, la BUENA ONDA, la ALEGRÍA de esta estética, que me hizo desaparecer todo.
Sin duda, Símbolos Patrios fue la más disfrutable de todas en ese sentido.
¿Tengo que hacer un Top Five?
-Las poses Muscarianas y su baile durante la marcha de Cabral.
-Bordoni tocando la guitarra todas las veces que lo hizo, y en especial cuando estuvo con la vaca y Perón.
-Las inivtadas. En especial Mariela, haciéndome entender un poco más aquello por lo cual pelea, y de lo que tiene razón que no todos entendemos bien. Bellísima.
-El pañal de Figueredo.
-El momento más emotivo de la noche: los 30.000 de Cagnoni.
-Extra track: entrar a la sala y escuchar a uno de mis músicos favoritos, sin duda, cantando su gran versión del Himno.
Con todo esto, ¡como para que no se me vaya cualquier dolorcito de cabeza!
Esta nueva entrega tuvo el carácter de curativa (y no sólo para mí, a Soledad no creo que no le haya sido curativo contar esa historia, sacarla afuera en escena).
Say no more.
Nacho.
PD: ¡Felicitaciones Mariela por los Ace!
*que estoy seguro que también se enamoró de mí a primera vista, y por eso reenvíenle el mail.
jueves, 23 de octubre de 2008
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